Príncipe de la Milicia Celestial.

miércoles, 13 de junio de 2012

Acto de Consagración al Arcángel San Miguel


San Miguel Arcángel, el más noble de las jerarquías angélicas, guerrero
valeroso de Dios Todopoderoso, y el amante celoso de
su gloria, terror de los ángeles rebeldes, y el amor y el deleite de todos los justos,
con el deseo de ser contados entre tus siervos fieles, yo, hoy en día (PRONUNCIA TU NOMBRE)
me ofrezco y me consagro a ti, y pongo, mi familia y todo lo que poseo bajo
tu poderosa protección.
Te ruego no mirar a lo poco, yo, como tu siervo me ofrezco, soy sólo un miserable
pecador, pero toma a bien mirar, en el afecto sincero con el que hago esta ofrenda.
Recuerda que, si a partir de este día, estoy bajo tu amparo, te pido de corazón me
ayudes durante toda mi vida y obtener para mí, el perdón de mis muchos pecados, y la
gracia de amar a Dios, mi querido Jesús Salvador, y mi dulce Madre María con todo mi
corazón.  Obteén para mí la ayuda necesaria para llegar a mí la corona de gloria.
Defiéndeme siempre para librarme de mis enemigos espirituales, sobre todo en los
últimos momentos de mi vida.
Ven, pues, oh glorioso Príncipe.  Sócorreme a mí última lucha.  Con tu alma
poderosa arroja lejos de mí y en el abismo infernal al prevaricador y el ángel orgulloso
que venciste en la batalla celeste.
San Miguel, dediéndenos en nuestras batallas dirarias para que no se pierda en el juicio
Final.
Amén.

lunes, 11 de junio de 2012

Oración a San Miguel Arcángel para protección de todo mal


Oración original a San Miguel para ser realizada sosteniendo un crucifijo en alto
(Levanta el Crucifijo y reza esta oración con la señal de la cruz.
Has esto en el nombre del Padre, del Hijo, y del Espíritu Santo.
Tú vencerás... Reza esta oración todos los días, ya que la batalla
es enorme...)

Oh Glorioso príncipe de la Hueste Celestial, San Miguel
Arcángel, defiéndenos en la batalla y en el terrible combate que
estamos librando contra los principados y Potestades del aire,
contra los Dominadores de este mundo tenebroso, en contra de
todos los Espíritus del Mal.  Ven en ayuda del hombre, a quien
Dios Todopoderoso creó inmortal, hecho a su imagen y
semejanza, y redimido por un gran precio, de la tiranía de
Satanás.

Pelea en este día la batalla del Señor, junto con los santos
ángeles, igual que combatiste al líder de los orgullosos ángeles,
Lucifer, y a su hueste apóstata, quienes no tuvieron poder para
resistirse y tampoco hubo lugar para ellos en
el cielo.  Esa cruel serpiente antigua, llamada diablo o Statnás,
que seduce al mundo entero, fue arrojada al
abismo junto con sus ángeles.  Mira, este enemigo primitivo y asesino
del hombre ha tomado fuerza.
Trasformado en un ángel de luz, anda alrededor del mundo con una multitud de espíritus pervesos,
invadiendo la tierra para borrar el nombre de Dios y de Jesucristo, apoderarse, asesinar y arrojar a la eterna
perdición de las almas destinadas a la corona de la gloria eterna.  Este malvado dragón vierte, como la
inundación más impura, el veneno de su malicia en los hombres de mente depravada y de corrupto corazón, el
espíritu de mentira, de impiedad, de blasfemia, y de aire pestilente de impureza, y de todo vicio e iniquidad.

Estos asusntos enemigos han llenado y embriagado con hiel y amargura esta Iglesia, la esposa del inmaculado
Cordero, y han puesto sus manos impías en sus más sagradas posesiones.  En el Santo Lugar, en donde la sede
de San Pedro y el asiento de la verdad ha sido colocados como la luz del mundo, ellos han levantado el trono
de su abominable impiedad, con el designio inicuo de que cuando el Pastor sea herido, también las ovejas
pueden ser heridas.

Entonces levántate, oh Príncipe invencible, dale ayuda al pueblo de Dios en contra de los ataques de los
espíritus perdidos.  Dale la victoria al pueblo de Dios: Ellos te veneran como su protector y patrón; en ti la
gloriosa Iglesia se regocija con tu defensa contra el maligno poder del infireno; a ti te ha confiado Dios las
almas de los hombres para ser establecida en bienaventurazas celestiales.  Ora al Dios de la paz, para que
ponga a Satanás bajo nuestros pies, derrotado para que no pueda más mantener al hombre en cautiverio y
lastimar a la Iglesia.  Ofrece nuestras oraciones a la vista del Altísimo, para que pueda encontrar
misericordia a los ojos del señor, y venciendo al dragón, la antigua serpiente que es el diablo y Satanás, tú
nuevamente lo pongas cautivo en al abismo, para que no pueda ya más seducir a las naciones.

Amén.

L: Miren la Cruz del Señor, y sean dispersos los poderes enemigos.
R: El León de la tribu de Judá la conquistado la raíz de David.
L: Qué tu misericordia esté sobre nosotros, oh Señor.
R: Así como hemos tenido la esperanza en Ti.
L: Oh Señor, escucha nuestr oración.
R: Y deja que mi llanto llegue a Ti.
L: Oremos
Oh Dios, Padre nuestro, señor Jesucristo, invocamos a tu Santo Nombre, y suplicantes imploremos tu
clemencia, para que por la intercesión de la siempre Virgen María, inmaculada Madre nuestra, y por el glorioso
San Miguel Arcángel, Tú le dignes ayudarnos contra Satanás y todos los demás espíritus inmundos, que andan
por el mundo para hacer daño a la raza humana y para arruinar a las almas.

Amén.

Esta oración fue tomada de: Libro de la Devoción a la preciosa sangre de Nuestro Señor Jesucristo.